La bandera de la británica Universidad de Cambridge ondeaba a media asta en uno de los edificios neogóticos del campus, en una mañana soleada y casi primaveral, pero empañada por el duelo.
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En un tablón de anuncios, tras un cristal, un mensaje sencillo y sobrio anunciaba la muerte de uno de sus grandes personajes. "La universidad comunica con tristeza la muerte del profesor Stephen Hawking".
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En una capilla de la Facultad Gonville y Caius, de la que Hawking fue miembro durante más de 50 años, estudiantes y profesores firmaban el libro de condolencias y rendían homenaje a quien, para muchos, fue un mentor y una fuente de inspiración.
"Fue alguien extraordinario", dijo Edo Dzafic, de 26 años, estudiante de biología molecular. "Empujó a la gente a alejarse de los caminos ya recorridos. Es lo que todos soñamos con hacer".
Justin Hayward hizo su doctorado bajo la supervisión de Hawking, entre 1991 y 1995, y esta mañana se acercó a firmar el libro acompañado de su esposa. "Me lo pasé muy bien con él. Tenía un gran sentido del humor" recordó. "Contribuyó mucho a desarrollar nuestra comprensión de los resultados de la relatividad general. Fue una fuente de inspiración".
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"Todo el mundo le echará de menos"
Entre la multitud de mensajes, había también anecdotas personales.
"Para la mayoría de nosotros, seguirás siendo un profesor, un erudito y un caballero. Pero para mí, siempre serás el papá de Lucy que venía a verme tocar el violín", escribió Kerem Bayraktaroglu.
El mensaje acababa con un deseo que hubiera arrancado una sonrisa al astrofísico:
"Espero que descubras los verdaderos secretos del universo".
En el exterior de la capilla, Hu Xiaohua, de 49 años, lloraba ante la foto en blanco y negro de Hawking colgada en el tablón.
La profesora, originaria de China, soñaba con conocer al astrofísico, una de las razones que le llevaron a acudir a Cambridge.
"Me transmitió la afición por la física cuántica. En parte por eso vine a Cambridge, me hubiera encantado conocerle. Fue el científico más grande del siglo XXI", se lamentó.
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