Este lunes se desarrolla una audiencia en la cual el juez de Mayor Riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, decidirá si otorga medidas sustitutivas al expresidente Otto Pérez Molina, quien se encuentra en prisión desde septiembre de 2012.
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La defensa solicitó la revisión de medidas de coerción bajo el argumento de que el exmandatario tiene problemas de salud.
La diligencia se realiza a puerta cerrada, tal como lo solicitaron los abogados defensores, tomando en cuenta que se estarían presentando placas de rayos X y videos en donde se demuestra el estado de salud del sindicado.
En esta se encuentran presentes los médicos particulares de Pérez Molina y del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
El exgobernante es procesado en varios casos de corrupción y espera juicio por el caso “La Línea”, en el cual el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) lo señalan de encabezar junto a la ex vicemandataria Roxana Baldetti una red de defraudación tributaria.
Enfermedad “muy rara”
La audiencia estaba programada para la semana pasada; sin embargo, fue suspendida y reprogramada por la ausencia de un médico del Inacif.
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En esa ocasión, Pérez Molina se refirió a su situación médica y aseguró que tiene un padecimiento desde hace años, el cual de no ser tratado con prontitud “puede ser mortal”.
Al ser consultado acerca de qué enfermedad presenta, el exgobernante se limitó a indicar que se trata de una “cuestión muy especial, una enfermedad muy rara, que no es común” y tiene que ver con el corazón.
Señalan riesgo de muerte súbita
Un médico de Pérez explicó al juez Gálvez que por tener una afección cardiaca, su paciente es propenso a sufrir una muerte súbita. En seguimiento a ello, un profesional del Inacif procedió a explicar al togado acerca del tema.
Emisoras Unidas consultó a un experto en el tema, el cardiólogo César López, de Cardio Care S.A., quien detalló que la muerte súbita consiste en el fallecimiento de una persona luego de presentar “síntomas abruptos” con muy poco tiempo de anticipación, incluso una hora antes del deceso.
Esta situación se puede dar en personas aparentemente sanas que en realidad presentaban enfermedades congénitas, pero no se les habían detectado, y se sobre esfuerzan en alguna actividad llevando al límite su sistema cardiovascular. Se da también en quienes ya conocen su estado de salud.
De acuerdo con el médico, cualquier hombre por arriba de los 40 años de edad y mujer mayor de 50 años tiene “riesgo aumentado” de sufrirla.
Están más propensas a sufrirla las personas que tienen enfermedades de arterias coronarias, han sufrido un infarto, presentan arritmia o tienen un dispositivo que ayude a su corazón a latir, indicó.
