"El gran crimen cometido en este país fue el pacto diabólico entre el Poder Judicial, el Ministerio Público Federal, la Policía Federal y la prensa", proclamó el el exmandatario Lula da Silva en una arenga ante el sindicato de bancarios en Brasilia.
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"Siempre creí que la Policía Federal desistiría [del caso] por no tener pruebas, después imaginaba que el Ministerio Público no proseguiría por la falta de pruebas y después esperaba que el juez admitiera que no había pruebas".
"Eso me hizo comprender que había una acción política mucho más fuerte que una jurídica. Lo que menos importaba eran las pruebas", agregó Lula, de 72 años, flanqueado por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).
La corte de apelaciones de Porto Alegre anunció el martes que la condena del exmandatario, por corrupción pasiva y lavado de dinero, será examinada en segunda instancia el 24 de enero de 2018.
El líder de la izquierda, favorito en los sondeos de cara a las elecciones del próximo año, se considera inocente de todos los cargos, así como los que se le imputan en otros seis procesos, que atribuye a una ofensiva para "evitar que el PT vuelva al gobierno".
De ser confirmada, la sentencia podría conducirlo a la cárcel y amenazar su candidatura.