“Disolveré la Cámara de Representantes el 28 de septiembre”, declaró Shinzo Abe durante una rueda de prensa en Tokio, lo que automáticamente deriva en elecciones anticipadas en Japón, las cuales deben celebrarse en un plazo máximo de 40 días.
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La disolución será pronunciada el día de la apertura de una sesión extraordinaria del Parlamento, y los comicios deberían celebrarse el 22 de octubre.
Abe justificó esta repentina decisión por su voluntad de exponer su gestión económica a la aprobación de los electores.
El primer ministro propone un nuevo plan de incentivos económicos de 2 billones de yenes (15 mil millones de euros) para finales de año, la gratuidad de una parte de la escolaridad y otras disposiciones financieras, lo que aleja la perspectiva del saneamiento de las finanzas públicas.
Shinzo Abe, primer ministro japonés. Foto: AFP
Abe reafirmó también su posición de firmeza frente a Pyongyang. “Debemos emplear todos los medios para aumentar al máximo la presión sobre Corea del Norte”, dijo. Hace unos días en la ONU aseguró que ya no era “tiempo de diálogo”.
Algunos, como el editorialista Masao Yora, temen sin embargo que el periodo de campaña electoral cree “un vacío político” del que podría aprovecharse el régimen norcoreano.
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El cálculo de Abe
La oposición y varios comentaristas denuncian una decisión arbitraria con objetivos ocultos, entre ellos el “cálculo” de Abe de aprovechar el aumento de aprobación entre la opinión pública, que le valió su posición de firmeza frente a los repetidos disparos de misiles y ensayos nucleares de Pyongyang.
Foto: AFP
Los opositores ven también en el calendario elegido por Abe una voluntad de eludir las preguntas en el Parlamento sobre los escándalos que lo han afectado a él y a su gobierno.
Abe está acusado fundamentalmente de favoritismo hacia sus amigos.
Pero, en el ámbito político, el primer ministro quiere aprovechar el mal momento de su principal rival, el Partido Demócrata, que acaba de cambiar de presidente y ya ha perdido a varios de sus dirigentes.
Además, Abe intenta frenar los ímpetus de la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, que anunció el lunes (pocas horas antes de la rueda de prensa del primer ministro) la creación del Partido de la Esperanza, para presentar candidatos a las legislativas.