Los habitantes de la barriada de San Francisco, donde el pontífice argentino iniciará la última jornada de su viaje a Colombia, ultimaron en la noche del sábado los últimos retoques de su histórica llegada.
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Pegado a la pista del aeropuerto internacional, con desordenadas calles y casas precarias, este suburbio de la joya colonial y turística del Caribe, cuyo alcalde y otras autoridades están presos por corrupción, es ejemplo de la brecha social en Colombia y Latinoamérica.
Foto: AFP
En un ambiente festivo, decenas de personas tarareaban los cantos llenos de fe y esperanza que el coro de la parroquia le dedicará al papa Francisco.
Tras abogar en Bogotá y Villavicencio por la paz y la reconciliación, Francisco, el “Papa de los pobres”, centrará este domingo sus prédicas en los más necesitados.
En el barrio de San Francisco, uno de los más pobres de la ciudad, dará su bendición a la primera piedra de un hogar de acogida.
Más tarde, en un hecho poco habitual en los viajes papales, se trasladará en su papamóvil por otras barriadas populares hasta la zona colonial, un pequeño y elegante barrio de palacetes, calles empedradas, hoteles boutique y carruajes paseando a turistas. Rezará el Angelus, la oración de los domingos, en la Iglesia de San Pedro Claver, y después oficiará una misa multitudinaria al aire libre. Por último, el pontífice se despedirá en el aeropuerto y regresará al Vaticano.
Francisco cerrará así su quinta visita a América Latina, muy marcada por un potente mensaje de apoyo a la paz en este complejo conflicto, todavía inconcluso, que involucra a guerrillas, paramilitares, agentes del estado y narcotraficantes, con un saldo de 7.5 millones de víctimas.