A quien todos miran es a Donald Trump. Ha sido recién confirmado como candidato republicano a la presidencia, y acaba de pronunciar su mantra: “Make America Great Again”. La multitud enloquece en aplausos.
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En ese momento, un hombre levanta ambos brazos y con los dedos hace la señal de la victoria. Mira al público, desafiante. Pero el público que está bajo suyo no lo mira a él, sino que todo lo contrario: le da la espalda. Para este hombre es mejor que sea así. Él opera en la oscuridad.
“Make America Great Again”. Esta es la frase más asociada al actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Su eslogan de campaña es todo un triunfo de comunicación política. Así lo confirma un estudio de la Universidad de Michigan, que en conjunto con la encuestadora Gallup analizó las palabras clave relacionadas a los candidatos de las elecciones presidenciales del país del año pasado.
Pero esta frase ni es exclusiva de Donald Trump ni es nueva para los estadounidenses. La vienen escuchando desde hace décadas. El primero con lidiar con la idea del “America First” fue Richard Nixon. Ocho años después, Ronald Reagan se encargó de que las familias estadounidenses la escucharan el “Make America Great Again” por sus televisores durante su campaña.
¿Qué tienen en común, aparte del partido al que representan, los tres candidatos? La frase, la idea y a su creador. El mismo consultor político. Su nombre es Roger Stone.
El operador político republicano
Stone, cuya carrera en Washington comenzó cuando apenas tenía 19 años, es una de las razones más importantes que explican el triunfo de Donald Trump. Así queda demostrado en el documental de Netflix, “Get Me Roger Stone”, estrenado en abril.
Guiado por una serie de principios, como el ganar a toda costa, el objetivo de Stone siempre fue usar la política para hacerse millonario. Así, ha trabajado en las campañas republicanas más importantes de los últimos cincuenta años. Sus primeras polémicas tuvieron relación con el caso Watergate, en el marco del cual fue interrogado en el Congreso. Para Stone, haber estado ahí significó un impulso en su carrera. Los medios de la época hicieron eco de su caso, por tener apenas 20 años. Eso le dio la oportunidad de crearse una reputación.
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“Es mejor ser conocido como infame que no ser conocido”, es una de las máximas de Stone. También, “lo único peor de que hablen mal de ti es que no hablen de ti”. Todas estas ideas, que sirven para entender a Trump, tienen su origen en Stone.
Si no ganas, pierdes
“Creo en ganar. Hago todo lo necesario para ganar, excepto violar la ley”, asegura Stone en el documental. “Soy un agente provocador”. Su mayor mérito fue haber identificado al votante republicano por excelencia: blanco, de clase trabajadora, sin educación, a quienes los avances tecnológicos perjudican. “La gran mayoría silenciosa” a la que se dirigía Nixon.
Sus amistades no son de las irreprochables. Con Paul Manafort, ex director de Campaña de Trump con lazos con dictadores y líderes como el ucraniano Viktor Yanukovych, fundó en los años 80 la firma de lobby y abogados Black, Manafort, Stone and Kelly & Associates. Esta ha sido duramente criticada por prácticas como el chantaje, pero también reconocida por representar la nueva forma de hacer política en Washington. No solo trabajó con gobiernos de EEUU, sino que también con dictaduras como las de Ferdinand Marcos en Filipinas y la de Mohamed Siad Barre en Somalía.
“Aquellos que dicen que no tengo alma, o que no tengo principios, son perdedores”, dice Stone.
La fe en Trump
Fue a través de un abogado, Roy Cohn, que Stone conoció a Donald Trump en los años 80. En esa época, Trump ya conseguía obtener beneficios tributarios de los políticos a cambio de donaciones para sus campañas. Y ya era una de las personalidad más importantes de Nueva York.
Stone trabajó para Trump cuando fracasó con los casinos de Atlantic City. Incluso, ambos fueron demandados por efectuar pagos ilegales para comprar influencias. Desde ahí, se volvieron almas gemelas, según el documental.
Stone siempre pensó que Trump podía ser candidato presidencial y ganar las elecciones. Se lo sugirió seriamente en 1998, pero Trump no estuvo interesado como en el año 2000. Pero cuando lo hizo en serio, ganó. Y con el apoyo de Stone.
“Lo único peor que estar equivocado es ser aburrido”, dice Stone. Y vio en Trump ese estilo showman que el ahora presidente supo explotar en su reality show “The Apprentice”. Stone sabía lo que Trump generaba en la gente, en la “mayoría silenciosa”, y sabía que eso le iba a dar la presidencia.
Eso fue lo que vio esa noche de julio, cuando Trump pronunciaba su “Make America Great Again”. Esa noche, Stone confirmó que Trump era realmente imparable. Y que sería presidente.
Getty
"Roger Stone es el rey de los cínicos"
John Zogby, consultor político y fundador de John Zogby Strategies.
¿Cómo crees que Roger Stone ha influenciado al mundo político en Estados Unidos?
– He trabajado con Roger Stone en el pasado. Es una pieza de trabajo. Los trucos sucios y las campañas negativas siempre han sido parte de la política, pero Roger es un artista y una fuerza. Cuando los oponentes escuchan que Roger está involucrado en una campaña, produce una sensación de miedo y de aversión. Nunca es subestimado porque es un rompedor de reglas. Nunca sabes con lo que va a salir para destruirte. Roger puede ser muy encantador, pero siempre tienes que estar mirando por sobre el hombro para asegurarte de que no tiene una daga lista para clavártela en la espalda.
¿Cuál es su principal mérito?
– Su involucramiento en una campaña significa guerra total. Utilizará todas las armas, romperá todas las reglas, inducirá temor en amigos y enemigos por igual y en ocasiones será más personalidad en una campaña que el propio candidato. Es el prototipo del consultor/guerrero moderno.
A él le importa ganar a cualquier costo. Es sabido que a muchos de los candidatos de hoy en día les importa poco gobernar, y que solo quieren ganar. Roger busca ganar sin importarle a quién destruye en el camino. En una era tan cínica, Roger Stone es el rey de los cínicos.
Ha estado relacionado con Paul Manafort por mucho tiempo y también a varios líderes autoritarios de África y de Europa del Este…
– Muchos de esos personajes han encontrado una forma de pagar por sus servicios, y ha ganado mucho dinero. La consultoría política es una gran forma de volverse rico. Ellos trabajan para el mejor postor. Con ellos, la ética está condenada.