Después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusara a Alemania de "prácticas nazis", la canciller germana, Angela Merkel, exhortó a "conservar la cabeza fría".
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"Seamos críticos cuando es necesario, pero no perdamos de vista el significado de nuestra asociación, de nuestra estrecha relación. Conservemos la cabeza fría", declaró ante la prensa Seffen Seibert, portavoz de Merkel.
"Rechazamos la asimilación de la política de la Alemania democrática a la del nacionalsocialismo. De forma general, las comparaciones con el nazismo son siempre absurdas y fuera de lugar, pues consisten en minimizar los crímenes de lesa humanidad del nacionalsocialismo".
Las declaraciones de Erdogan son "absolutamente inaceptables", declaró por su parte el lunes Peter Altmeier, jefe de la Cancillería Federal.
"Como Gobierno federal, se lo vamos a decir muy claramente a Turquía", dijo Altmeier, ministro alemán de Asuntos Especiales, principal colaborador de la canciller, Angela Merkel, a la televisión pública ARD.
"No hay ninguna razón para que se nos den lecciones, ni se nos hagan reproches".
El domingo, Erdogan afirmó que la decisión de Alemania de anular mítines de sus partidarios no era diferente de las "prácticas nazis".
Merkel, por su parte, había explicado que la decisión de autorizar o no estos mítines no era competencia del Estado federal, sino de los municipios.
La "presencia de ministros turcos es posible en la medida en que se haga en el marco del derecho", dijo Seibert.