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De la mano del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, el papa Francisco recibió las llaves de la Ciudad de México, en el marco del primer día de su visita de febrero 2016.
El acto rompió el protocolo y la entrega se llevó a cabo en la entrada a la Catedral Metropolitana, y no en el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento como se tenía programado.
Tras una ceremonia en la que recibió la bienvenida por parte del presidente Enrique Peña Nieto, el pontífice hizo un llamado a la clase política en México a ofrecer a los pueblos “justicia real”, seguridad y paz.
“A los dirigentes de la vida social, cultural y política les corresponde de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos (…) justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz“, expresó el Papa en su discurso en el Palacio Nacional de México.