Adriana Morales Medina, de 18 años de edad, tiene cinco meses de embarazo, una hija de tres años y su esposo en prisión. El martes fue capturada con una pistola en el interior del Hospital San Juan de Dios y quedó ligada a proceso penal por un delito que tiene un máximo de 10 años de cárcel.
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La detención se dio muy cerca de la clínica donde era atendido el integrante del Barrio 18, Osman René Coronado Martínez.
La ley de armas y municiones, en el artículo 122, señala que por “la portación ilegal de armas de fuego de uso civil y/o deportivas” la sanción es “prisión de ocho a diez años inconmutables y comiso de las armas”.
Supuesto atentado contra pandillero
Coronado Martínez, contra quien presuntamente se cometería el atentado con arma de fuego, fue trasladado al Hospital General para darle seguimiento a una cirugía por fractura, aunque su presencia en el centro asistencial era innecesaria porque es un procedimiento que se podría realizar en las clínicas de la cárcel afirmó el director del hospital, Julio Figueroa.
“Es triste, me dijeron que llegara al hospital a apoyar, porque mi esposo está en prisión y no tengo nada qué darle”, dijo Adriana mientras esperaba en el sótano de la Torre de Tribunales tras su captura.
El psicólogo y analista independiente, Jorge Dardón, entrevistado en Emisoras Unidas, opinó que “probablemente no era la primera vez que hacía trabajos de mensajería”.
A criterio del psicólogo ella, sin importar su condición de embarazo, muestra un perfil que expresa total lealtad a su esposo, y por ende, al grupo criminal al que él pertenece.