Hoy, hace un año, Jimmy Morales, aspirante a la presidencia por el FCN-Nación, un reconocido comediante sin ninguna experiencia en la política, ganaba la primera vuelta electoral. En esos momentos, el candidato de Líder, Manuel Baldizón, se posicionaba en la segunda casilla. En tercer lugar se colocaba Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza.
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Los comicios ocurrieron en medio del escándalo de corrupción que causó la renuncia y la detención de Otto Pérez y con una población que expresaba un rechazo a la clase política tradicional.
Su lema durante la campaña electoral fue: “Ni corrupto ni ladrón”.
El lema de Jimmy Morales
En ese entonces, analistas consultados aseguraron que vieron en la votación de Morales como una respuesta a la necesidad de buscar a alguien ajeno al sistema, en momentos de repudio a la corrupción de la clase política tradicional.
“Jimmy (Morales) fue el único candidato que se puede llamar externo al sistema y que vendió un mensaje de ‘ni corrupto ni ladrón’, y la gente necesita eso”, dijo el analista político Sandino Asturias, del Centro de Estudios de Guatemala.
El propio Morales les dijo a periodistas al conocer su victoria que “somos parte de la población hastiada que ya no quiere más de lo mismo”. Consultado a quién prefería enfrentar en una segunda fase, respondió que le daba lo mismo porque Torres y Baldizón son “más de lo mismo”.