Frozen se ha convertido en uno de los éxitos de Disney, siendo su protagonista, la reina Elsa, un elemento clave.
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La animación, la música y los personajes son una obra de arte que en conjunto hacen una entrañable historia. Muchas personas se han identificado con alguno de los personajes.
Con esta saga, Disney rompió con la clásica historia de la princesa enamorada de un príncipe encantador y la idea del "felices por siempre". Además, presentó a una protagonista diferente, sin un interés romántico y una psicología oscura y profunda.
Según el portal Nueva Mujer, la frase que desata la problemática en Elsa en la primer cinta es "oculta, no sientas" (conceal, don't feel).
Estas palabras le hicieron que desde niña viviera asustada. Asimismo, bajo la idea de que podía provocar daños con sus poderes o con la falta de control de sus emociones.
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Lejos de su familia y amigos
Elsa vive aislada del reino y de su propia hermana. Además, desarrolla lo que los psicólogos llaman distorsión cognitiva. Esto hace que piense que es una persona terrible, que solo provoca daños a otros y que no merece ser feliz.
Pero, Elsa se siente diferente de los demás con su magia; y en lugar de celebrar esas diferencias, su familia le enseña a esconderlas del mundo. Es por esto que crece su miedo y aislamiento.
Ella se teme a sí misma y evita ver a su hermana para protegerla. Esto es algo con lo que muchas personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Depresión y ansiedad pueden identificarse.
Nueva Mujer revela que su actitud presenta un sentimiento de vergüenza y miedo de nunca poder recuperarse de su "enfermedad" .
Canto de liberación
La canción Let it Go, que se convirtió en un himno de liberación. Con su letra enseña a ser auténticos, salir de la zona de confort o no censurarse a uno mismo.
Es entonces cuando Elsa adquiere confianza, se vuelve consciente de sus emociones, de quién es y qué hacer con sus poderes.
*Con información de Nueva Mujer.