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¿Qué dice la Iglesia sobre repartir a la mitad las cenizas de José José?

Las cenizas del cantante José José fueron repartidas entre Miami y su natal México.

El pasado miércoles, miles de mexicanos se despidieron del cantante José José, "el príncipe de la Canción". La mitad de sus cenizas llegaron a la Ciudad de México en un avión militar.

Luego, fueron trasladadas al Palacio de Bellas Artes. Después, se ofreció una misa por el alma del artista en la Basílica de Guadalupe.

Finalmente, las cenizas recorriendo las calles y avenidas de México hasta llegar al Panteón Francés, en donde sería su última morada junto a la tumba de su madre.

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¿Fue correcto dividir las cenizas?

Fue más de una semana de pleitos familiares para definir el destino final del artista. Una mitad quedó en México en poder de sus hijos mayores José Joel y Marysol, de su matrimonio con Ana Elena Noreña.

La otra mitad le fue otorgada a Sara, su última descendiente, fruto de su último compromiso con Sara Salazar.

La Iglesia permite la cremación de los cuerpos de los muertos, siempre que no sea por motivos ajenos a la fe cristiana.

El presbítero Mario Arroyo fue entrevistado por el portal ACI Prensa y resolvió dudas sobre esta situación. El P. Arroyo es doctor en Filosofía por la Universidad de la Santa Cruz de Roma y catedrático de la Universidad Panamericana en Ciudad de México.

Señaló que la disposición de repartir las cenizas de José José “no parece conforme a la dignidad de los cuerpos ni que represente un sentir de fe”.

“No parece lo más indicado andarse repartiendo en partes proporcionales, como si fuera la herencia”, indicó.

“La salvación no afecta solo al alma sino también al cuerpo”, dijo.

El sacerdote mexicano recordó además que “una obra de misericordia es enterrar a los muertos”.

También recordó que “recientemente la Santa Sede ha recordado que no está bien guardar las cenizas de los muertos en la sala de tu casa. O, aunque pueda parecer muy bonito y poético, derramarlas en el mar”.

“Menos sería adecuado, precisamente en razón de la unidad del cuerpo humano y del respeto que se le debe, dividirlo en distintos lugares. A veces, incluso por pleitos familiares. Que la primera esposa quiere un pedacito, la segunda otra, o la hija o el papá”.

 

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