Poco más de dos meses han pasado desde que Meghan Markle dio a luz a su primogénito Archie Harrison Mountbatten-Windsor y ya enfrenta una fuerte presión para bajar de peso.
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Aunque ha tenido pocas apariciones públicas tras convertirse en madre, los comentarios de sus detractores no se han detenido y han recurrido a Twitter para criticar que aún no haya recuperado su delgada figura.
Sin embargo, han habido algunos fans que aplauden el hecho que su prioridad sea cuidar y disfrutar al bebé, en lugar de obsesionarse con adelgazar.
Los usuarios la han defendido con mensajes como "Qué refrescante es ver que Meg ha aceptado su cuerpo post-bebé y no tiene prisa para recuperar el cuerpo que tenía antes de la maternidad".
Regreso a la normalidad
sin embargo, medios británicos especulan que ella ya está siguiendo un plan para bajar de peso y volver poco a poca a ser la de antes.
Desde que entró a formar parte de la Familia Real Británica no ha hablado acerca de sus hábitos alimenticios; pero cuando solamente era la actriz de Suits, sí dijo en qué consistía su dieta y al parecer es la misma que está siguiendo ahora para recuperar su figura.
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La estadounidense contó hace unos años al sitio web The New Potato en qué consistía un típico menú:
- Desayuno: Batido de vainilla desintoxicante mezclado con moras azules de Ontario; otras opciones: huevos sobre pan tostado y aguacate.
- Lunch: Ensalada Niçoise con queso de cabra marca Grey Owl, pan y una copa de vino rosado (por aquello de la amamantada creemos que esto lo ha dejado afuera).
- Cena: Mariscos, pasta y un Negroni (a base de ginebra, Campari y un vermut rojo, que pensamos, también lo ha dejado afuera.
En otra entrevista, ahora con la revista Good Housekeeping, ella habló del tipo de alimentos que siempre compra cuando va al supermercado. Entre otros, está la leche de almendras o de otro tipo de semillas; hummus, zanahorias (porque le encantaban y a su perro Bogart también), jugo verde, budín de chía.