Todos los ojos estaban puestos en Eiza González, estrella de "Baby Driver", quien ha ganado fama en Hollywood en los últimos meses.
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Era imposible no mirarla cuando pisó la alfombra roja de los Oscar con un vestido amarillo ajustado y abierto de la espalda, de la colección Ralph Lauren.
Varios medios de su país la cuestionaron con respecto a su elección, alegando que no era adecuado para la ocasión.
Sin embargo, los medios internacionales afirmaron que logró el cometido de llamar la atención y coronarse como una de las mejores vestidas de la noche.
La verdad
En una entrevista a la revista People, la actriz de 28 años reveló por qué decidió lucir ese vestido.
"Así es como me sentí en este momento: Me sentí muy llena de vida y tan pronto me vi de amarillo, me sentí muy segura de ser una mujer. Y siento que eso realmente me ayudó a llegar a donde estoy, ser muy segura de mí misma. Sabía que iba a ser un estallido de color en un mar de mujeres y lo hice también para mí, fue terapéutico", dijo.
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Algo sorprendente que reveló fue que "no podía respirar" en el atuendo, sin embargo, afirmó que usarlo fue algo "increíble".
"Creo que el mensaje era usar algo bastante sencillo pero que, al mismo tiempo, representara cómo me siento. Me siento una mujer muy segura de mí misma y creo que el amarillo representa eso", agregó.
Además confirmó lo que muchos planteamos, si su intención era que todos los medios presentes ese día hablaran de ella.
"Era sencillo el vestido pero seguimos hablando de él hasta la fecha, ¿no?", expresó.
Criticada en México, pero aplaudida y halagada por medios internacionales, ella seguramente pasará a la historia de la moda en el Oscar y será recordada como "la chica del vestido amarillo".