Ayer marcó un hito trascendental para El Salvador, ya que se colocó la primera piedra para la construcción del Nuevo Estadio Nacional, un proyecto ambicioso que promete elevar el estándar deportivo en la región. Con la colaboración del gobierno chino, este estadio se perfila como el más grande y moderno en Centroamérica y el Caribe.
Este majestuoso estadio contará con una capacidad para albergar a 50 mil espectadores cómodamente sentados, estableciéndose como un epicentro para eventos deportivos y culturales de gran envergadura. En un giro audaz, el diseño inicial prescinde de la tradicional pista de atletismo, proporcionando a los aficionados una experiencia más cercana y envolvente con el juego.
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El Salvador quiere perfilarse como una potencia en Latinoamérica
El respaldo financiero chino se traduce en una inversión monumental de 100 millones de dólares, que no solo permitirá la construcción del estadio en sí, sino también la implementación de instalaciones de vanguardia. Se proyecta que el estadio esté listo para su inauguración a principios de 2027, marcando así el inicio de una nueva era para el deporte salvadoreño.
Este estadio no solo será un monumento deportivo, sino un complejo multifuncional que atiende a diversas necesidades y preferencias. Contará con 250 espacios destinados para personas con capacidades diferentes, palcos exclusivos, zonas VIP, modernas cabinas de VAR, una sala de prensa de última generación, vestidores de primer nivel, un amplio estacionamiento y dos canchas de baloncesto, complementadas con una cancha de fútbol. Estas amenidades no solo promoverán el deporte, sino también la inclusión y la diversidad.
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