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“Cada punto lo estoy dando con el corazón”, dice Kevin Cordón

El guatemalteco hizo vivir momentos de gran emoción a nuestro país tras clasificarse a los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, y minutos después rompió el silencio. Este viernes se medirá a otro fuerte rival.

El sueño de clasificarse a unos cuartos de final de Juegos Olímpicos, se hizo realidad este jueves para el badmintonista Kevin Cordón, que vivió otro día memorable en Tokio.

Y se clasificó tras imponerse al neerlandés Mark Caljouw por 2-1 con parciales de 21-17, 3-21 y 21-19 en los octavos de final. En los cuartos, este viernes a las 18:00 horas, se medirá al coreano Kwanghee Heo, que eliminó al número 1 del mundo, el japonés Kento Momota.

Tras estos emocionantes momentos, que compartió con el entrenador indonesio Muamar Qadafi, Kevin rompió el silencio y contó cómo fue su clasificación, pues se convirtió en el primer latinoamericano en alanzar los cuartos de final en unos Juegos Olímpicos.

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¿Cómo te sientes tras la clasificación?

Uno entrena y sueña y a veces hay más sueños que realidad. Cuando empecé en el bádminton y quería jugar en Juegos Olímpicos era un sueño, poder avanzar en rondas, estar en finales, y hace 10 minutos me cambió la vida. Ya no es un sueño si no una realidad, no sé lo que está pasando.

Derrotaste a dos rivales fuertes…

Siempre está la excusa de que no se puede competir con los europeos y asiáticos, porque tiene mejores instalaciones, por esto o lo otro, y porque es cierto no podemos comparar a Guatemala con esos país porque somos un país pobre. Pero con los años me di cuenta que la única cosa que uno tiene igual a todos los países, a todos los jugadores, es jugar con el corazón, con garra y cuando me vine aquí me dije: ‘todos estamos con los mismo pensamientos, a ver quién tiene más corazón que yo’, y por eso es esta euforia, esas ganas de querer ganar un partido, porque cada punto lo estoy dando con el corazón.

¿Qué ha sido fundamental para llegar hasta aquí?

Hay dos cosas importantes. La primera es que Muamar Qadafi (su entrenador) trae todo el conocimiento y piensa todos los días en el bádminton porque es asiático (indonesio). Vino a Guatemala con ideas frescas, cosas que normalmente nosotros no las podemos tener en América por lo mismo que no podemos jugar en eventos en Asia y él vino a ayudar en ese aspecto.

Luego, en la parte física. Tengo la fortuna de conocer la familia Garrido, de Monterrey, Dios los puso en mi camino. En 2017 tuve la oportunidad de jugar un torneo en Los Ángeles donde conocí al profesor Marco Garrido, él me dijo que me vio lento y cansado y que me daría la oportunidad de trabajar con su hijo, pues acababa de hacer un doctorado en preparación física. Lo vi con muchos deseos de ayudar y en enero de 2018 me hizo pruebas y empezamos esta aventura hasta los Juegos Olímpicos.

Creo que esa es la mejor decisión que he tomado y gracias a Dios me puso en el camino a esa familia porque al final no lo hacen por darse mérito sino porque me tienen cariño.

¿Habías estudiado al rival?

Cuando terminó el partido anterior Qadafi me dijo que los cruces nos habían favorecido y entonces pensé en que había oportunidad de seguir avanzando. Hoy en la mañana vimos videos y analizamos un poco cómo era su juego y con esa idea nos venimos y la aplicamos al partido.

Guatemala madrugó por verte…

Sí, me habían dicho que la gente pondría sus alarmas para ver el partido y de todo corazón quiero agradecerles ese apoyo extra y qué mejor que agradecerles con una victoria.

Fue un juego duro…

Sí, el problema no es que uno se canse, si no que uno comienza a desesperarse y a sacar los mejores golpes, pero decidí ocultarlos para el tercer set. Son decisiones tácticas que se toman, pero también son difíciles porque puede que en el tercer set uno no agarre otra vez la confianza, sin embargo fui viendo y pensando cómo comenzar el tercero para volver a tomar la iniciativa.

 

 

 

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