Ningún aficionado al fútbol en México podrá olvidar ese fatídico lunes 25 de enero de 2010.
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El América había caído ante Monarcas por marcador de 2-0 y el delantero paraguayo Salvador Cabañas había decidido ir al Bar-Bar para distraerse.
Introvertido como él mismo, ‘Chava’, como apodaban los aficionados de las Águilas a quien era la figura del equipo en ese momento, junto a Guillermo Ochoa, permaneció con su esposa en dicho lugar desde poco antes de la media noche de ese día, hasta la madrugada del martes 26.
El momento que le cambió la vida a Cabañas
Alrededor de las 06:00 horas, Salvador se dirigió al baño del referido centro nocturno. Ahí comenzó la tragedia.
En dicha área, Cabañas se cruzó con un sujeto al que apodaban el ‘JJ’, con quien se hizo de palabras por motivos que hasta el momento no han quedado muy claros, y, sin más, el hombre, que posteriormente fue aprehendido y condenado por otros delitos, sacó un arma y le disparó al futbolista a la altura de la sien.
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Cabañas cayó al suelo y se desató la crisis en el seno americanista. El hecho rápidamente cobró tintes de magna desgracia por el contexto que envolvía a la figura del paraguayo.
El Mundial de Sudáfrica 2010 estaba en puerta y el delantero era el estandarte con el que el seleccionado sudamericano buscaría una actuación histórica.
Paraguay llegaría a los cuartos de final de la cita mundialista cayendo contra la futura campeona del mundo, España, un mundial dedicado a Salvador Cabañas.
Pero el daño ya era irreparable. Cabañas abandonó el lugar en una ambulancia que lo trasladó a un renombrado hospital de la capital mexicana.
En el nosocomio, el sudamericano permaneció en estado de coma durante una semana, tras la cual finalmente despertó, pero con notable disminución en sus habilidades cognitivas y motrices.
El futbol pasó a segundo plano, Cabañas se recuperó, pero ya no pudo practicar futbol de manera profesional, únicamente en partidos benéficos.
*Con información de: Marca Claro
