Para las aficiones de ambos equipos el clásico no es un partido cualquiera, es un enfrentamiento en el que, además de los 3 puntos, está en juego el orgullo. Es un juego que genera tensión, nerviosismo y ansiedad de triunfo.
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Y con ello coinciden Luis Torres, aficionado crema desde hace 34 años, y Vinicio Barreda, seguidor rojo desde hace 30.
Publinews conversó con estos fieles seguidores para conocer un poco sobre el sentir que invade a un fanático cuando faltan pocas horas para un juego que consideran crucial.
No duerme
“Un clásico significa una semana de no dormir; una semana de emociones y de ansiedad. Se espera todo el tiempo”, expresa Luis, quien cuenta que su amor por Comunicaciones inició a finales de los años 80 y fue su papá quien comenzó a llevarlo al estadio.
“El primer clásico que vi en el estadio fue en la temporada 90-91, el duelo lo ganaron los cremas 4-2 con un triplete de Dionel Fulgencio Bordón”, recuerda.
Entra en concentración
Vinicio cuenta que “uno de los clásicos que más recuerdo fue el de la final del tricampeonato edil (Apertura 2005) en la que ganaron el título gracias a un doblete de Juan Carlos ‘el Pin’ Plata”.
“Siempre estoy a la expectativa desde un par de días antes del juego. Ese día me levanto temprano, desayuno y entro en una concentración como aficionado. Escojo la camisola que usaré como cábala y espero el partido. Si es de visita, lo sigo por televisión”, explica.
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“Al primer clásico al que asistí solo fue en 1998, perdimos 0-1 y hubo problemas que requirieron la presencia del entonces presidente de Guatemala, Álvaro Arzú”, agrega.
Aficiones hacían una fiesta
Ambos seguidores coinciden en que la presencia de aficionados y porras de ambos equipos le daban un toque de fiesta a los partidos.
Sin embargo, los hechos de violencia que se registraron en algunos clásicos provocaron que la Liga Nacional y la Federación de Futbol aprobaran una ley que prohibió el ingreso de porras del equipo visitante.
Ups, no se encuentra el tuit. ¿Tal vez lo eliminaron?
Esto se derivó luego de la disputa del Clásico 278, donde un aficionado crema murió tras ser acuchillado por supuestos seguidores escarlatas.
“Crecí viendo nuestro clásico con ambas porras. Creo que era una fiesta cuando no se salía del contexto. Lamentablemente, por los hechos que se dieron en los últimos años, se perdió todo esto”, dice Barreda.
Ups, no se encuentra el tuit. ¿Tal vez lo eliminaron?
Lo que se esperan
Uno de los grandes objetivos es erradicar la violencia de los recintos deportivos, tanto dentro como fuera.
Por eso, Torres y Barreda enviaron este mensaje: “Esperamos que haya rivalidad deportiva, mas no rivalidad de golpes, no ensuciemos nuestro futbol”.