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"Estoy cerca del retiro”, confiesa Kevin Cordón

La mejor raqueta en la historia del bádminton en Guatemala dice que Tokio 2020 marcará un parámetro en su carrera.

Después de más de 20 años en el bádminton, el zacapaneco Kevin Cordón está llegando al final de su carrera deportiva, pero lo tiene decidido, no se irá sin antes competir en sus cuartos Juegos Olímpicos.

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El Zurdo” se ha convertido en un referente de este deporte en Guatemala y América, actualmente es el segundo mejor del continente y en el ranquin mundial ocupa el puesto 62 de entre más de 2 mil badmintonistas.

La última hazaña de Kevin Cordón

Recientemente se colgó su séptima medalla de oro en el International Series Guatemala, sin embargo aún no se vislumbra quién podría ocupar su lugar cuando deje las canchas.

¿Cómo te sientes tras haber ganado tu séptimo oro en Guatemala?

Contento de que todo el entrenamiento valió la pena. Ganar aquí fue una gran alegría, pues vi a padres traer a sus hijos. Es satisfactorio saber que el bádminton es cada vez más conocido.

¿Ha cambiado el nivel de exigencia de este torneo?

Comenzó en 2009 y poco a poco ha ido avanzando. Este año fue aún más fuerte, vinieron competidores de 19 países, muchos de Europa, fue un torneo muy exigente.

¿Cómo te sientes de ser la imagen de Guatemala en el mundo del bádminton?

En la generación anterior fue Pedro Yang el que abrió las puertas del bádminton. Cuando me tocó tomar la batuta fue bonito porque antes nuestro deporte no era muy conocido y conforme se me dieron los resultados la gente se comenzó a identificar con él.

Es satisfactorio ver que con el esfuerzo hecho el bádminton se ha constituido en parte importante del deporte guatemalteco.

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¿Qué piensas de que no haya otro badmintonista nacional que tenga tu nivel?

No puedo criticar o echar la culpa a nadie. El problema es que no se respetan los procesos, la gente quiere tener rápidamente resultados.

El deporte se ha vuelto más un negocio, la gente tiene la necesidad de obtener resultados, y no debe ser así, además no solo debe tenerse en cuenta la parte deportiva sino la humana, uno necesita valores para soportar los entrenamientos y los compromisos. Eso te ayuda a saber afrontar las derrotas y las victorias.

¿Quién es el responsable de respetar este proceso?

En el deporte está la parte administrativa de una federación, los entrenadores y el atleta; tienen que trabajar unidas y aceptar que es un trabajo a largo plazo para respetar el proceso, no solo porque hay un nuevo talento tiene que venir un nuevo campeón.

Aceptar las derrotas también es parte del proceso…

Sí, cuando uno las acepta aprende, pero, sobre todo, tienes que aceptar las victorias. Se comete el error de pensar que siempre será así y no, uno debe bajarse pronto del podio porque los entrenamientos y torneos siguen.

¿Quién ocupará tu lugar?

Sería un error dar nombres, solo puedo decir que los ni­­­ños y jóvenes están aquí por su talento, pero llegará el momento en que deberán pasar la barrera de comprometerse y sacrificarse, aceptar una vida diferente a la del resto. Espero que las nuevas generaciones lo hagan y obtengan los mismos o mejores resultados.

¿Qué sigue ahora?

La prioridad es mi clasificación a las Olimpiadas, terminaré la competencia rumbo a Tokio en abril. Jugaré varios torneos para sumar puntos en el ranquin mundial, primero en Brasil y luego en Santo Domingo. Mi posición ha mejorado y eso me da la oportunidad de ir a Europa. En noviembre jugaré en Escocia, Gales y Surinam. En diciembre iré a Estados Unidos. Esos torneos me ayudarán a mejorar mi puesto.

¿Tu posición está bien?

De momento estoy clasifica- do en Tokio 2020, debo mejorar o mantenerme dentro. Los torneos que gané en México y Guatemala me dieron el empujón. Debo sumar unos 25 mil puntos para asegurar la clasificación, llevo cuatro de los 10 torneos programados dentro de la clasificación del año olímpico y tengo unos 10 mil puntos, si sigo así llegaré a la meta.

A tus 32 años, ¿cómo has mantenido el alto nivel?

Mi base ha sido tener objetivos y metas claras, además de disciplina y responsabilidad, eso me ha ayudado.

Llevas más de 20 años en el bádminton…

Sí, la edad afecta, también las lesiones, pero lo más importante es que no se acaben los objetivos. La vida de un deportista es muy rutinaria y cansada, pero si uno tiene los objetivos claros, podrá tolerar esas cosas.

¿Cuál es el porcentaje de tu vida que ha absorbido el bádminton?

Cuando uno decide seguir este camino, tiene consecuencias buenas y malas, no me arrepiento de nada pero dejé a mi familia cuando era un niño, ahora mis padres están grandes y mi hermanito también, pasa el tiempo. El deporte te aísla de todo, pasas todo el tiempo entrenando y no puedes dedicarle tiempo a otra cosa ni a alguien más, pero he disfrutado mi carrera.

¿Después de Tokio habrá Kevin para rato o has pensado en el retiro?

Trabajo por Ciclos Olímpicos, me concentro desde Centroamericanos hasta Olimpiadas, y ahora mi cabeza está ahí, luego voy a tomar una decisión pero estoy cerca del retiro, pues los objetivos se van terminando y también debo recuperar mi vida personal ya que la deportiva, por muy bonita que sea, va a tener un fin, solo quedará esa experiencia de haber tenido la oportunidad de haber sido deportista profesional y representar a mi país. Tokio va a marcar un parámetro importante en mi vida, esperemos en Dios que así termine.

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