El campeón se conmovió al momento de subir al escenario, las sonrisas no cabían en su rostro y reveló a la población uno de los “secretos” que lo ayudaron a ganar.
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“Este era mi sueño, desde pequeño me gustaba el ciclismo, recuerdo que salía a ver la Vuelta a la carretera, mi papá me llevaba, miraba hasta que pasaba el último ciclista, y los admiraba, desde entonces soñaba con ganar, fui un niño soñador”, le dijo Alfredo a sus paisanos, que se agolparon en el parque San Miguel Arcángel, para aplaudirlo.
“Ganar la Vuelta era algo que nunca se había logrado en Totonicapán y yo quería demostrarles que con esfuerzo y dedicación, podía lograrse”, continuó.
Cientos de personas provenientes de los 48 cantones y 8 municipios de Totonicapán llenaron el lugar y emocionados gritaron y aplaudieron a su héroe, Alfredo Ajpacajá, ganador de la 58 edición de la Vuelta Ciclística a Guatemala, y fue entonces que contó, uno de sus “secretos” para ganar la competencia.
“Me había propuesto ganar la Vuelta, el año pasado fui subcampeón, pero ahora tenía la ilusión y la seguridad de que lo iba a lograr. Con la fe que le tuve a Dios y a San Miguel Arcángel que en cada una de las etapas me iban a acompañando, desde los primeros días estuve bien y con la ayuda de Dios puedo decir que somos campeones”, confesó Alfredito, como le llaman de cariño.
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Y es que San Miguel Arcángel es el Patrón de este departamento, Santo al que se encomendaba Ajpacajá antes de comenzar a rodar en cada etapa, y de quien no duda, fue una de sus fortalezas para terminar como campeón.
El festejo en Totonicapán fue espectacular, pero mañana se tiene contemplada otra gran fiesta, en la aldea Barraneché, de donde es originario el Ajpacajá.