"Vayan al Mundial, pero sean prudentes": la red antidiscriminación Fare aconsejó a los aficionados homosexuales o miembros de minorías étnicas "tener cuidado" si acuden a Rusia por el Mundial de 2018.
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La agrupación Fare, con base en Londres, anunció la salida próxima de una guía para los aficionados LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) en la que se aconseja ser prudente "en los lugares en los que no es seguro que la comunidad LGBT sea bien recibida".
"El mensaje sirve también para los aficionados negros o de minorías étnicas", previno el director de Fare, Piara Powar.
"Si aficionados homosexuales pasean por la calle agarrados de la mano, ¿están en peligro? Depende de la ciudad y de la hora", estimó Powar.
"No es un crimen ser homosexual" en Rusia, recordó, lamentando que "los problemas de la comunidad LGBT estén ausentes del discurso público" y que "el lugar de los homosexuales esté escondido".
Rusia, donde la homosexualidad estaba considerada como un crimen hasta 1993 y como una enfermedad mental hasta 1999, adoptó en 2013 una ley castigando con multas y penas de prisión todo acto de "propaganda" homosexual entre menores. Los actos del Orgullo Gay son generalmente prohibidos por las autoridades u objetivos de actos violentos.
Un portavoz de la FIFA no quiso hacer comentarios, recordando que la institución no tiene "ninguna tolerancia con las discriminaciones".
Fare, fundada en 1999, también preguntó a la FIFA si los aficionados podían agitar banderas arcoiris durante los partidos del Mundial. La asociación también recordó su petición de incluir en los reglamentos de la instancia mundial un delito de homofobia, como existe con el racismo.