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Jackson Follmann da sus primeros pasos tras la tragedia del Chapecoense

El guardameta dijo sentirse como un bebé al comenzar a caminar de nuevo, después de la tragedia que enlutó a Chapecó, el Brasil.

Después de que consiguió dar sus primeros pasos sin ayuda, el portero Jackson Follmann dice que se sintió como un bebé pues volvió a estar de pie después de casi tres meses, aunque ahora con una pierna y una prótesis.

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Follmann fue uno de los sobrevivientes de la tragedia aérea del Chapecoenseque provocó la amputación de su pierna derecha, sin embargo el guardameta dice que no se dará por vencido y buscará competir en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

"No adelantaría nada estar llorando, lamentándome por lo que me pasó", afirma con voz suave Jackson Follmann, quien fuera el arquero suplente del equipo revelación del continente, diezmado en la noche del 28 de noviembre.

El avión donde viajaba el humilde Chapecoense a su primera final de la Copa Sudamericana se estrelló en las montañas de Medellín. Murieron 71 personas y solo seis sobrevivieron.

De allí consiguió salir respirando este joven espigado de 24 años, llegado al equipo en mayo con la esperanza de dar un salto en una carrera iniciada a los 13 años, cuando dejó su casa de Alecrim (sur) para jugar en las categorías inferiores del Gremio de Porto Alegre.

Después del accidente, "mi mayor deseo fue ponerme de pie, caminar, (…) ir solo al baño, lavarme los dientes… Esas cosas sencillas que pasan desapercibidas para las personas", explica con la media sonrisa del vencedor que recuerda lo que le ha costado cada trofeo.

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Se mantiene firme

Con el cuerpo todavía lleno de cicatrices y la movilidad dolorida después de varias operaciones, Follmann aguarda las instrucciones del doctor José André Carvalho en el centro de rehabilitación de Sao Paulo.

Además de la amputación de gran parte de la pierna derecha, el accidente le dejó seriamente dañado el tobillo izquierdo, todavía bajo una aparatosa escayola y tuvo que ser operado de las vértebras y recuperarse de varias fracturas.

"Cuando comencé a dar mis primeros pasos sin muletas quería subir escaleras, bajarlas… Mi pensamiento era de hacer muchas cosas, aunque sé que todavía no puedo y tengo que respetar mi cuerpo", cuenta sereno.

El accidente le cambió las prioridades, pero se negó a que arramblara con todo lo que había construido. "Soy un amante del deporte, no me veo como un exatleta, al contrario; me veo muy bien, más atleta que antes", dice riendo.

Exigente, no pierde detalle de los ejercicios que le propone el doctor, que esta mañana aparece con un balón para trabajar su equilibrio. Con la misma concentración que durante tantos años invirtió en mejorar bajo el arco, compite ahora contra el suelo.

Ese espíritu luchador podría llevarle de nuevo a las canchas como atleta paralímpico, una idea que quiere meditar con su familia cuando llegue su prótesis definitiva.

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