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Una madre británica de la ciudad de Lincoln, Inglaterra, vivió una situación completamente insólita y que rápidamente se convirtió en un fenómeno viral. Natasha Emeny, madre del pequeño Koah, de un año, regresó a su sala tras unos minutos de ausencia y descubrió que su hijo había bajado la urna con las cenizas de su abuelo y había comenzado a ingerirlas.
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El incidente quedó registrado en video y, tras ser compartido en la plataforma TikTok, superó los 20 millones de reproducciones, según reportes. Natasha Emeny había dejado a Koah solo por un breve lapso mientras se dirigía al lavadero a guardar ropa. Al volver, la escena la dejó sin palabras: el polvo gris, que contenía los restos de su padre, estaba esparcido sobre el sillón y el niño tenía cenizas alrededor de su boca.
En la grabación, la madre expresó su asombro y consternación al darse cuenta de la gravedad de lo sucedido: “¡Ay por Dios! ¡Por Dios! ¡Mi hijo se comió las cenizas de mi padre!”, se le escuchó decir. Posteriormente, en una entrevista, Emeny explicó que al principio no logró identificar de qué se trataba el polvo, pero la visión de la urna abierta le hizo comprender la magnitud del percance.
Afortunadamente, según la propia madre, el niño se encuentra “absolutamente bien” y no consumió una cantidad significativa de las cenizas. El hecho, sin embargo, se ha convertido en una anécdota que ha generado revuelo y debate en las redes sociales.