Italia se encuentra conmocionada tras la trágica muerte de Andrea Russo, un hombre de 35 años, quien falleció al ser succionado por el motor de un avión en el aeropuerto de Milán-Bérgamo.
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El incidente ocurrió cuando un Airbus A319 se preparaba para despegar con destino al aeropuerto de Oviedo, España. Según imágenes de video recientemente difundidas, Russo logró burlar la seguridad del aeropuerto, acceder a la pista y lanzarse hacia una de las turbinas en funcionamiento, perdiendo la vida al instante.
La Fiscalía italiana investiga el caso bajo dos posibles hipótesis. La principal línea apunta a un suicidio, luego de que se estableciera que el hombre llegó en su automóvil, un Fiat 500 color naranja, que dejó estacionado en sentido contrario frente a la terminal de llegadas, con las llaves puestas, lo que indicaría un acto planificado.
Russo residía en Calcinate, un pequeño pueblo cercano a Bérgamo, y según declaraciones de familiares al medio Il Corriere della Sera, había atravesado por episodios de adicción y estuvo internado en múltiples centros de rehabilitación. “Era una buena persona que trataba de rehacer su vida”, expresó uno de sus allegados.
Otra línea de investigación es sobre un caso de negligencia por parte de las autoridades que permitieron el ingreso al recinto portuario.
La grabación del momento será clave en la investigación, mientras se espera el informe final del Ministerio Público italiano.
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