Mientras la selección nacional de fútbol de China continúa sin brillar en el escenario mundial, el país está encontrando consuelo —y vanguardia— en una versión muy distinta del deporte rey: el futbol entre robots. Un día después del despido del seleccionador croata Branko Ivankovic tras otro fracaso mundialista, las canchas tecnológicas del país vibraron con la final de la RoBoLeague, el campeonato nacional de fútbol entre robots autónomos.
PUBLICIDAD
El equipo Vulcan, de la Universidad de Tsinghua, se coronó campeón tras vencer 5 a 3 en un torneo donde no hay controladores humanos, sino inteligencia artificial tomando decisiones en tiempo real. Los robots humanoides “ven”, “piensan” y se mueven por sí mismos, gracias a complejos algoritmos diseñados para imitar la percepción y la táctica humanas.
“El futbol no funciona con control remoto”, explica Chen Hao, fundador de Booster Robotics. “Los robots deben reconocer el entorno y actuar solos, como en la industria o los hogares”.
Los partidos, jugados en formato 3 contra 3, se disputan en dos tiempos de 10 minutos y bajo reglas similares al futbol tradicional. La final tuvo lugar en el futurista Beijing Smart E-Sports Event Center, entre efectos especiales y robots cocineros, en un espectáculo donde la tecnología y el deporte se fusionan como nunca antes.
“Como en cualquier equipo de fútbol, la táctica marca la diferencia”, afirma Wang Yushi, capitán del equipo campeón. En un país que aún sueña con un triunfo humano, el presente del futbol ya es robótico.
