Ariel Barnes, gestora de tramitación de regalos en la Universidad Estatal de Jackson, es una de las muchas jóvenes que han experimentado las dificultades de la deuda de tarjetas de crédito. Durante su tiempo en la universidad, Barnes acumuló deudas significativas que, una década después, sigue luchando por pagar. Con siete tarjetas de crédito al límite y una deuda de $30,000, se enfrenta a intereses tan altos que le resulta casi imposible salir de este ciclo financiero.
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Ariel Barnes no es un caso aislado. Según una reciente investigación del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, aproximadamente uno de cada siete usuarios de tarjetas de crédito de la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2011) ha llegado al límite de su capacidad crediticia. Esta cifra, que equivale al 15.3% de los prestatarios, es considerablemente mayor en comparación con el 4.8% de la generación Baby Boomer y el 9.6% de la Generación X.
Muchas personas están usando las tarjetas de crédito para cubrir gastos esenciales
El problema no solo afecta a individuos como Barnes. La investigación de la Reserva Federal de Nueva York muestra que las tasas de morosidad en las tarjetas de crédito han superado los niveles anteriores a la pandemia y continúan en aumento. La morosidad grave, que implica un retraso de 90 días en los pagos, ha alcanzado el 10.7%, el nivel más alto desde 2012. Este aumento refleja las crecientes tensiones financieras en la economía estadounidense tras varios años de alta inflación.
Ted Rossman, analista senior de la industria en Bankrate.com, señala que cada vez más personas están utilizando sus tarjetas de crédito para financiar gastos esenciales como alimentos y gasolina, lo que puede ser un ciclo difícil de romper. A pesar de los récords históricos en Wall Street y un desempleo inusualmente bajo, millones de estadounidenses luchan contra el elevado costo de la vida.
La Generación Z enfrenta límites de crédito significativamente más bajos, con un promedio de $4,500, en comparación con los $16,300 de los Millennials y los $21,800 de la Generación X. Esta situación dificulta aún más su capacidad para manejar la deuda y evitar llegar al límite de sus tarjetas. La tendencia es preocupante no solo para los individuos, sino también para la economía en general, que debe encontrar un equilibrio entre controlar la inflación y no aumentar la presión financiera sobre los prestatarios.
