Conoce la “Depresión blanca” y descubre cómo atravesar diciembre con más calma

La depresión blanca suele aparecer en diciembre. Estas son las causas y señales para dominarlo.

"Depresión blanca"
"Depresión blanca" Foto: Freepik/Archivo Nueva Mujer

La “depresión blanca” o depresión navideña es un término popular que muchas personas usan para referirse a un tipo de tristeza o decaimiento emocional que aparece con la llegada del invierno o la temporada navideña.

En realidad, suele corresponder al Trastorno Afectivo Estacional (TAE), también conocido internacionalmente como Seasonal Affective Disorder (SAD) o Trastorno Afectivo Estacional (TAE).

El TAE es una forma de depresión recurrente, que se vincula con cambios estacionales con días más cortos o menor luz natural, con los que se disparan los síntomas. Aunque “blanca” suena a nieve, calma o paz, en este contexto simboliza la frialdad de los paisajes invernales y la luz tenue que influye en el ánimo.

"Depresión blanca"
"Depresión blanca"

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¿Por qué afecta más en diciembre?

Diciembre llega con días más cortos, mañanas más opacas y una luz que se esconde antes de tiempo. Esa disminución de sol altera nuestro reloj biológico, baja la producción de serotonina, la hormona del bienestar, y desajusta la melatonina, responsable del sueño. El cuerpo lo siente, siente menos energía, más cansancio y un ánimo que puede apagarse sin previo aviso.

A esto se suma la presión emocional típica de la temporada. La sociedad nos empuja a celebrar, sonreír, reunirnos y cerrar el año “en alto”, pero no siempre el corazón acompaña ese ritmo. Las expectativas sociales, los recuerdos, los duelos, la comparación o incluso la soledad intensifican la sensación de tristeza.

"Depresión blanca"
"Depresión blanca"

Señales para reconocerla

Las manifestaciones de la “depresión blanca” pueden variar, pero existen síntomas comunes como:

  • Tristeza persistente, sensación de vacío o desánimo la mayor parte del día.
  • Poca energía, fatiga, pesadez o dificultad para levantarse.
  • Pérdida de interés en actividades que antes daban placer (hobbies, relaciones, trabajo).
  • Cambios en el sueño: dormir más de lo habitual o tener sueño excesivo.
  • Alteraciones en el apetito: antojos de carbohidratos, aumento de peso o comer en exceso.
  • Dificultad para concentrarse, irritabilidad, sensación de inutilidad o desesperanza.

Reconocerlo ayuda a ver que no estás solo

Conocer la “depresión blanca” permite verlo no como un defecto personal, sino como un llamado de atención de tu cuerpo y mente.

Reconocerlo a tiempo puede marcar la diferencia ya que permite tomar decisiones, pedir ayuda y construir nuevos hábitos.

"Depresión blanca"
"Depresión blanca" (Marko Ristic)

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