Terminar tu plato en minutos puede parecer práctico, pero este hábito podría estar afectando tu salud más de lo que imaginas. Comer a toda prisa impide que el cerebro registre a tiempo la saciedad, lo que te lleva a comer de más… y sí, a aumentar el riesgo de sobrepeso u obesidad, revela Genial.guru
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Además, masticar poco y tragar rápido puede causar digestión pesada, gases e incluso malestar estomacal. Comer lento, en cambio, ayuda a disfrutar más la comida y a controlar mejor las porciones.

Consejos para frenar el ritmo
- Mastica entre 20 y 30 veces cada bocado
- Evita comer frente a pantallas
- Toma bocados pequeños y deja los cubiertos entre cada uno
- Practica la alimentación consciente: saborea, huele, siente
- Ten snacks saludables a la mano para no llegar con hambre extrema
Cambiar este hábito es simple, pero poderoso. Tu cuerpo (y tu estómago) te lo van a agradecer.