No es casualidad que los vapes tengan sabores como mango, sandía o algodón de azúcar. Tampoco es casualidad que sus diseños parezcan juguetes o accesorios de moda. Todo está pensado para enganchar, sobre todo a los más jóvenes. El vapeo se disfraza de estilo, pero detrás hay una trampa peligrosa.
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Aunque muchos creen que es “menos dañino” que fumar, el vapeo no es inofensivo. Los químicos que contienen estos dispositivos pueden causar enfermedades respiratorias severas y aumentar el riesgo de cáncer. La nicotina sigue presente y es altamente adictiva.

Esta industria apuesta por lo visual, lo llamativo y lo “cool” para distraerte de lo más importante: tu salud. No te dejes engañar. Pensar por ti mismo es el primer paso para evitar caer en la adicción.