El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti que puede parecer inofensiva al principio, pero si no se detecta y trata a tiempo, puede avanzar rápidamente y poner en riesgo la vida. Fiebre alta, dolor detrás de los ojos, fatiga, sarpullido y dolores musculares son señales de alerta que no deben ignorarse.
Los casos graves pueden evolucionar a dengue hemorrágico, con sangrados, dificultad para respirar y caída de presión arterial. Esto puede ocurrir especialmente en niños, adultos mayores o personas con defensas bajas. Por eso es fundamental acudir al centro de salud más cercano ante los primeros síntomas y no automedicarse, ya que algunos medicamentos comunes pueden empeorar el cuadro.
Cuidar a tu familia significa también prevenir. Elimina criaderos de zancudos en tu casa, tapa los recipientes con agua, limpia canaletas y usa repelente. El dengue no avisa: actúa rápido, escucha tu cuerpo y protege a quienes más amas.