A veces, los placeres más simples son los que más se recuerdan. Cerca del lago Amatitlán, todavía se pueden encontrar esos rincones mágicos donde la naturaleza se convierte en tu aliada en la cocina. Solo necesitas un recipiente y un poco de paciencia para disfrutar de un espectáculo único: huevitos cocidos en los nacimientos de agua del lago. Mira el video:
Dependiendo del tamaño y la cantidad de los huevos, con aproximadamente de 5 a 8 minutos de espera puedes tener desde unos huevitos tibios hasta unos perfectamente duros, listos para disfrutar en familia o con amigos. No hace falta leña, estufa ni horno; aquí la naturaleza se encarga de todo, como se hacía en aquellos viejos tiempos.

Es un recordatorio de días sencillos y felices, cuando la diversión estaba en lo simple: bañarse en el lago, preparar alimentos al aire libre y dejar que el mundo se moviera a otro ritmo. Hoy, esos momentos se sienten todavía más valiosos, casi como un pequeño viaje al pasado, a la tranquilidad y alegría de disfrutar sin prisas.
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