Lo que hoy es uno de los bocadillos más emblemáticos del Centro Histórico de Guatemala comenzó de la forma más sencilla: con un hombre asiático recorriendo las calles en 2001 mientras ofrecía sus productos con un característico cantadito: “pastelitos, pastelitos”. Él mismo preparaba los postres en el lugar y, con el tiempo, la acogida del público fue tan grande que terminó estableciéndose en un pequeño local de la Zona 1, según internautas que vivieron esta experiencia.
Más de una década después, aquel negocio sigue en pie y conserva una tradición que muchos recuerdan con cariño: el pan de luna a Q1, un precio que ha sorprendido a visitantes y locales por mantenerse casi intacto a pesar del paso del tiempo.
Para muchos guatemaltecos, este lugar no es solo una panadería: forma parte de su memoria emocional. Varios internautas recuerdan con nostalgia las visitas familiares al Centro Histórico. “Cuando era pequeña mis papás nos llevaban a mis hermanos y a mí a la Zona 1. Siempre nos compraban pan de luna, igual que la cocoa caliente que vendían. Antes era más rica; ahora la cocoa ya ni sabe a cocoa, está bien simple”, comparte una seguidora. Además, el creador de contenido Walter documenta su experiencia al degustar estos deliciosos postres:
El local se encuentra ubicado en lo que antes fue el antiguo Cine Tikal, un punto de referencia histórico que, incluso hoy, atrae a los transeúntes por el aroma cálido y dulce que se percibe al pasar cerca.
A pesar del paso del tiempo, del cambio en los gustos y de las nuevas ofertas gastronómicas, estos pequeños pastelitos siguen siendo un símbolo de la vida capitalina y un recuerdo vivo de la infancia de muchos.
Lee: ¡Noches llenas de luz! A partir de esta fecha se llevará a cabo el Mapping en Catedral Metropolitana