El municipio de Buenos Aires, en el departamento del Cauca, fue escenario de un violento ataque armado atribuido a las disidencias de las Farc bajo el mando de alias Iván Mordisco, que dejó como saldo la muerte de dos policías y sembró temor entre la población civil. El asalto, que se prolongó por más de siete horas, tuvo como blanco principal la estación de Policía, donde los uniformados resistieron en condiciones precarias la ofensiva insurgente.
Durante la asonada perdieron la vida los subintendentes Jorge Leonardo Gómez Ochoa y Róber Stiven Melo Londoño. La prolongación del ataque y la aparente ausencia de refuerzos generaron serios cuestionamientos sobre la capacidad de respuesta de la fuerza pública. El general en retiro Jorge Mora expresó su preocupación por la falta de apoyo oportuno, calificando la situación como inaceptable dada la ubicación estratégica del municipio y el contexto de seguridad en la región.
Las dudas sobre lo ocurrido llevaron a la Fiscalía a abrir investigaciones para esclarecer por qué no se brindó el respaldo necesario a los policías y a la comunidad. En el ámbito político, la vicepresidenta Francia Márquez condenó enérgicamente los hechos y solicitó acciones contundentes al Ministerio de Defensa, además de un refuerzo en inteligencia y seguridad para anticipar y neutralizar a los grupos armados ilegales.
Las autoridades buscan ahora establecer responsabilidades y anunciar medidas que eviten la repetición de este tipo de ataques, en un contexto marcado por el incremento de la violencia y la cercanía de un año electoral en Colombia.