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Un conductor de un servicio de taxi por aplicación en Quito sobrevivió de manera asombrosa a un intento de asesinato y robo ocurrido la noche del domingo 30 de noviembre de 2025 en el sector del Comité del Pueblo, al norte de la capital ecuatoriana. El violento suceso, que fue captado íntegramente por la cámara de seguridad instalada al interior del vehículo, ha generado consternación y reabre el debate sobre la seguridad de quienes laboran en estas plataformas digitales.
Según los reportes, el conductor tomó una carrera solicitada a través de una aplicación digital, cuyo costo se pactó por $2,75. Dos individuos, al parecer de nacionalidad extranjera, abordaron el automóvil; uno se ubicó en el asiento del copiloto y el otro detrás del chofer. Tras unos minutos de trayecto, en un rápido giro de los acontecimientos, el pasajero de la parte trasera desenfundó un arma y comenzó a disparar.
El video de vigilancia muestra el momento de terror: una lluvia de tiros se escucha mientras el taxista, en un acto desesperado por salvar su vida, se lanza sobre el asaltante para tomar el arma. Durante el forcejeo, se registraron siete detonaciones, de las cuales cuatro proyectiles impactaron al conductor en la cabeza, cuello y espalda. Las fuentes indican que uno de los impactos estuvo a tan solo tres milímetros de cortar la vena yugular.
Los dos asaltantes huyeron a pie de la escena, dejando al conductor herido en el interior de su vehículo. A pesar de las graves lesiones, el hombre logró conducir por sí mismo hasta un centro de salud para recibir asistencia de emergencia, siendo posteriormente trasladado a un hospital para su recuperación. Se confirmó que el conductor es padre de familia y está a la espera de otra hija.
Tras el incidente, se constató que la cuenta de la plataforma digital desde la cual se solicitó el viaje fue desactivada, lo que dificulta la identificación de los atacantes y la colaboración de la compañía en la asistencia a la víctima. Las autoridades han iniciado las investigaciones, utilizando las grabaciones de las cámaras del vehículo y la zona para dar con los responsables. Este caso subraya la vulnerabilidad de los conductores de aplicaciones frente a la creciente inseguridad.