Lo que parecía una mañana normal en la vivienda de una familia en Chiantla, Huehuetenango, terminó revelando un caso de estafa que llevaba meses oculto.
La niñera —identificada como Ana “N”, de 30 años— fue descubierta justo cuando intentaba realizar una nueva compra en línea con la tarjeta de débito de su empleadora.
La sospechosa quiso efectuar otra compra por internet. Pero esta vez el pago no pasó: la cuenta ya no tenía fondos.
Ese rechazo llamó inmediatamente la atención de la propietaria, quien revisó los movimientos y se percató de varios consumos que ella jamás había autorizado, acumulando un total de Q74,696.

La revisión que destapó el caso
Sospechando de su trabajadora, la dueña decidió revisar la habitación asignada a la niñera. Allí encontró:
- Cuatro celulares nuevos,
- otros objetos recientemente adquiridos,
- y artículos que no coincidían con su salario ni con su estilo de vida.
Todos, presuntamente, comprados con la tarjeta.
La empleadora la confrontó y, al verse acorralada, la mujer no logró justificar las compras.
Las investigaciones preliminares señalan que la trabajadora aprovechaba los momentos en que la propietaria salía de casa para así tomar la tarjeta, hacer compras en línea y luego devolverla a su sitio exacto, evitando levantar sospechas durante varios meses.
La entrega a las autoridades
Tras el hallazgo, la afectada entregó a la niñera directamente a agentes de la Policía Nacional Civil, quienes la consignaron por el delito de hurto mediante manipulación de tarjeta bancaria y otros que el Ministerio Público determinará.
La Fiscalía continúa con las diligencias para establecer el total del daño económico y la responsabilidad penal de la acusada.

