La activista sueca Greta Thunberg fue expulsada de Venecia durante 48 horas y multada con 150 euros (unos 175 dólares) tras participar en una acción de Extinction Rebellion que tiñó de verde el Gran Canal, en coincidencia con el cierre de la cumbre climática COP30 en Brasil. Thunberg y otros 35 activistas vertieron un tinte fluorescente no tóxico en el emblemático canal para denunciar la inacción política frente al cambio climático y visibilizar la vulnerabilidad de la ciudad ante el aumento del nivel del mar.
La protesta formó parte de una serie de intervenciones simultáneas en diez ciudades italianas, donde también se colorearon ríos y fuentes. En Venecia, los activistas desplegaron además una pancarta con el mensaje “Stop Ecocide” y realizaron un impactante flash-mob silencioso vestidos de rojo.
Las autoridades regionales condenaron la acción, calificándola de irrespetuosa y potencialmente dañina, mientras que Extinction Rebellion defendió su carácter simbólico y pacífico. Para el movimiento, el color verde buscaba representar tanto el peligro del colapso climático como la esperanza de una acción decidida.
La protesta tuvo lugar en un contexto de creciente frustración entre ambientalistas por los resultados de la COP30, que concluyó sin un compromiso claro para abandonar los combustibles fósiles, una omisión que reforzó el mensaje de los activistas en las calles.
