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La presentación del robot humanoide ruso AIDOL , diseñado con capacidades de inteligencia artificial, se vio eclipsada por un inesperado incidente: una aparatosa caída en pleno escenario. El evento, celebrado en Moscú, buscaba posicionar a Rusia en la vanguardia de la robótica humanoide, pero el debut puso de manifiesto los complejos retos técnicos que aún enfrenta esta avanzada área de la tecnología.
AIDOL, presentado como el primer robot antropomórfico del país potenciado con IA, salió al escenario y, tras intentar un gesto programado, perdió el equilibrio y se desplomó de frente. El percance obligó al personal técnico a retirarlo rápidamente de la vista del público para revisar sus sistemas de control y software de equilibrio. El momento, capturado en video y rápidamente viralizado en redes sociales, generó un amplio debate sobre el nivel de desarrollo de la robótica rusa.
Según sus desarrolladores, AIDOL está equipado para una comunicación natural con humanos, incluyendo la reproducción de expresiones faciales gracias a 19 servomotores y el uso de siete micrófonos, altavoz y cámaras para interactuar con su entorno, operando además de forma autónoma (offline). No obstante, el incidente resalta la dificultad inherente en el desarrollo de sistemas de equilibrio dinámico y respuesta motora en robots humanoides, un desafío que la robótica a nivel mundial sigue intentando perfeccionar.
Un portavoz de la compañía reconoció que el tropiezo es una “oportunidad para aprender y fortalecer el sistema”, manteniendo que el robot sigue en fase de pruebas. El episodio también pone en relieve las dificultades añadidas que enfrenta el sector tecnológico ruso, afectado por las sanciones internacionales que han limitado la importación de componentes y provocado la fuga de talento en ingeniería y software avanzado.