El diputado Luis Alberto Contreras Colíndres, representante de San Marcos por el partido Compromiso, Renovación y Orden (CREO), fue elegido este martes como nuevo presidente del Congreso de la República de Guatemala para el período 2026–2027, en una votación que marcó la configuración política del Legislativo para los próximos meses.
Contreras es uno de los parlamentarios más veteranos del Congreso, con más de 22 años de trayectoria legislativa.
Ha sido electo en seis periodos consecutivos, iniciando su carrera con la Gran Alianza Nacional (GANA), pasando luego por el Partido Patriota (PP), y actualmente forma parte de CREO, agrupación con la que logró conservar su curul y ahora alcanzar la presidencia del Legislativo.
Durante su tiempo en el Congreso, ha integrado cerca de 30 comisiones de trabajo, participando en temas como desarrollo territorial, infraestructura, descentralización y transparencia.
Su elección y contexto político
La elección de Contreras se realizó el 4 de noviembre de 2025, con 149 votos a favor, convirtiéndose en el presidente del Congreso para el nuevo año legislativo. Su gestión cobrará especial relevancia porque coincidirá con la renovación de instituciones clave, como la Corte de Constitucionalidad (CC), el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Contraloría General de Cuentas (CGC).
En su primer discurso tras la elección, Contreras afirmó que “las puertas del Congreso estarán abiertas para todos”, y prometió promover una agenda de consenso enfocada en salud, educación, seguridad e infraestructura.
Iniciativas impulsadas
Entre las iniciativas que ha presentado durante su carrera destacan:
- Propuesta declara primer sábado del mes de agosto de cada año como el día de la Biblia.
- La propuesta para declarar el 15 de noviembre como Día Nacional del Adulto Mayor.
- Una Ley reguladora de tránsito de motocicletas, orientada a mejorar la seguridad vial.
- Reformas al Código Procesal Penal para restringir medidas sustitutivas a reincidentes.
Retos
Ahora, como titular del Congreso, deberá enfrentar el desafío de mantener la gobernabilidad, fortalecer la transparencia institucional y equilibrar las relaciones entre el Legislativo y el Ejecutivo.
Su papel será determinante en los procesos legislativos y de postulación que marcarán la ruta política de Guatemala en los próximos años.