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Tras el audaz asalto perpetrado en la Galería de Apolo del Museo del Louvre este domingo, las autoridades francesas han confirmado la sustracción de un total de ocho (u nueve, según algunas fuentes) piezas históricas de la colección de la Corona Francesa. El botín está compuesto principalmente por joyas que pertenecieron a las emperatrices y reinas del siglo XIX, destacando por su valor histórico y patrimonial, calificado oficialmente como “inestimable”.
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Las piezas, que se exhibían en vitrinas de alta seguridad, fueron robadas en un tiempo récord. Si bien las autoridades no han emitido una lista oficial exhaustiva de todas las piezas perdidas, los reportes de la prensa especializada y fuentes cercanas a la investigación, como el Ministerio de Cultura, permiten identificar las joyas sustraídas.
Joyas de la colección desaparecida:
Las principales piezas robadas pertenecen a conjuntos históricos de gran valor simbólico:
- Un collar de esmeraldas y diamantes que fue un obsequio de Napoleón Bonaparte a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa. Esta pieza es particularmente notable, ya que está compuesta por 32 esmeraldas y 1,138 diamantes.
- Un par de pendientes de esmeraldas, que complementaban el collar de la emperatriz María Luisa.
- Una diadema o tiara, un collar de zafiros y un par de pendientes de zafiros, que formaban parte del ajuar de las reinas María Amalia y Hortensia.
- Dos broches de gran tamaño, incluyendo un “nudo de corpiño” y un broche denominado “relicario”, ambos pertenecientes al ajuar de la emperatriz Eugenia de Montijo.
- Una tiara más pequeña, también atribuida a la emperatriz Eugenia.
Es fundamental destacar que la Corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, una joya significativa compuesta por miles de diamantes y esmeraldas, fue sustraída inicialmente, pero fue hallada dañada en las afueras del museo, siendo la única pieza recuperada hasta el momento.
Valor histórico
Los funcionarios franceses han insistido en que estas piezas poseen un valor patrimonial e histórico incalculable, imposible de cuantificar. No obstante, expertos en gemas y patrimonio han indicado que si estas joyas fueran desmanteladas y vendidas en el mercado negro por sus componentes (piedras preciosas), su valor económico, ya sea por el diamante y las esmeraldas por separado o como piezas de colección, se estimaría en varios millones de euros o incluso mucho más. Sin embargo, en el contexto de un museo nacional, su tasación oficial sigue siendo la de patrimonio histórico invaluable.