Las autoridades indonesias dieron por finalizadas este martes las labores de búsqueda y recuperación de cuerpos en el internado islámico Al-Khoziny, en la isla de Java, que colapsó el lunes de la semana pasada mientras los alumnos rezaban en la planta baja. El desastre dejó al menos 61 muertos, aunque otras fuentes elevan la cifra a 67.
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“Hemos recuperado todos los cuerpos desaparecidos. Es improbable que se hallen más cadáveres”, afirmó Budi Irawan, subdirector de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), tras nivelar completamente la zona afectada.
El derrumbe ocurrió cuando se vertía cemento en una planta superior durante unas obras de ampliación del recinto. Según las autoridades, la tragedia se debió a la debilidad de los cimientos del edificio.
Más de un centenar de personas sobrevivieron al colapso, pero las esperanzas de hallar sobrevivientes bajo los escombros se desvanecieron pocos días después. Las familias de los desaparecidos, muchas de las cuales pasaron noches en una mezquita cercana al internado, colaboraron en la decisión de usar maquinaria pesada para agilizar la recuperación de cuerpos.
El internado, ubicado en Sidoarjo (Java Oriental), albergaba a jóvenes de hasta 20 años, centrados en estudios islámicos en el país con mayor población musulmana del mundo.