Una nueva escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela se desató este viernes luego de que fuerzas estadounidenses hundieran una embarcación en aguas del mar Caribe, cerca de las costas venezolanas. Según el presidente Donald Trump, el barco transportaba “suficiente droga para matar entre 25,000 y 50,000 personas”.
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El mandatario confirmó la operación en su red Truth Social, afirmando que la embarcación fue interceptada mientras intentaba ingresar a territorio estadounidense. El secretario de Guerra, Peter Hegseth, declaró que el ataque fue “letal y cinético”, dirigido contra un barco identificado como “narcotraficante” y presuntamente vinculado a organizaciones terroristas.
Según Hegseth, cuatro personas murieron en el operativo, elevando a 21 el número de muertos en este tipo de ataques en aguas del Caribe en las últimas semanas. En los videos difundidos por EE.UU. se observa una lancha rápida siendo destruida, aunque no se distingue claramente la carga ni los tripulantes.
La reacción de Venezuela no se hizo esperar. El canciller Yván Gil denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU el sobrevuelo de aviones de combate estadounidenses cerca de su espacio aéreo. Por su parte, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, confirmó la presencia de al menos cinco cazas F-35 frente a sus costas y advirtió: “No nos intimidan”.
El presidente Nicolás Maduro anunció un ejercicio militar especial para este sábado, con la participación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y las Milicias Bolivarianas, en respuesta a lo que calificó como una “amenaza militar directa” de Washington.
Las tensiones se producen en el contexto de un despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe, oficialmente destinado a combatir el narcotráfico. Sin embargo, Caracas denuncia que se trata de una estrategia para promover un cambio de régimen en Venezuela, con medidas que incluyen incluso una recompensa por la captura de Maduro, acusado por EE.UU. de liderar un supuesto cártel de drogas.