Un atentado con coche bomba sacudió este martes la ciudad de Quetta, en la provincia paquistaní de Baluchistán, dejando al menos diez muertos —entre ellos, dos oficiales de seguridad y varios civiles— y más de 30 heridos, según informó Al Jazeera. La explosión, atribuida a un atacante suicida, fue seguida de un tiroteo protagonizado por varios agresores, de los cuales al menos cuatro fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
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El ataque ocurrió cerca de la sede del Cuerpo Fronterizo paramilitar de Pakistán. El ministro principal de Baluchistán, Sarfraz Bugti, condenó el hecho y lo calificó de “ataque terrorista”. El presidente del país, Asif Ali Zardari, fue más allá, insinuando que los extremistas actuaban “siguiendo la agenda de la India”, aunque no presentó pruebas. Hasta ahora, Nueva Delhi no ha respondido a esa acusación.
Baluchistán, la provincia más empobrecida del país pese a su riqueza en recursos naturales, ha sido foco de tensiones sociales y ataques armados, especialmente desde el avance del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), un proyecto valorado en 60,000 millones de dólares. El resentimiento local contra las inversiones extranjeras, en especial las chinas, ha alimentado la violencia en la región.