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En redes sociales ha circulado un vídeo que muestra a una persona disparando con un rifle semiautomático desde un helicóptero a una manada de cerdos salvajes que corren por un terreno árido. Aunque la escena puede parecer impactante para muchos, esta práctica es legal y relativamente común en varios estados de Estados Unidos, principalmente en Texas, y es considerada una herramienta para el control de una plaga que causa estragos.
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Los cerdos salvajes o ferales no son una especie nativa de América. Fueron introducidos por los europeos y, con el tiempo, su población ha crecido de manera descontrolada. Se estima que solo en Estados Unidos hay más de seis millones de ejemplares, siendo Texas el estado más afectado.
Estos animales son conocidos por su increíble capacidad de reproducción y por el enorme daño que causan a la agricultura, destruyendo cultivos enteros, además de dañar propiedades privadas y afectar gravemente los ecosistemas nativos.
Según informes del Departamento de Agricultura de EE. UU., los cerdos salvajes ocasionan pérdidas anuales que superan los 1,500 millones de dólares en todo el país.
Debido a su inteligencia y resistencia, los métodos de control tradicionales como las trampas o la caza a pie a menudo resultan insuficientes. Por ello, la caza aérea se ha legalizado y promovido como una de las soluciones más efectivas para reducir su número en grandes extensiones de terreno, buscando mitigar un problema ecológico y económico que sigue en aumento.