Este jueves, Francia vivió una nueva ola de protestas masivas que paralizó sectores clave del país. Convocada por los principales sindicatos, una huelga general movilizó a miles de trabajadores de la educación, la sanidad y el transporte público, en rechazo a las restricciones económicas y la política presupuestaria del Gobierno.
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Ante la magnitud esperada de las movilizaciones, las autoridades desplegaron un operativo de seguridad sin precedentes, con más de 80,000 efectivos policiales. A pesar de ello, se registraron más de 470 actos de protesta en todo el territorio, incluyendo bloqueos en al menos 135 instalaciones y 94 detenciones en ciudades como París, Toulouse, Brest y Marsella.
La región metropolitana de París fue una de las más afectadas, con una paralización casi total del transporte público. En varios puntos del país se reportaron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, con uso de gases lacrimógenos y cargas policiales para dispersar a los concentrados.
Las protestas también se vieron atravesadas por movilizaciones en apoyo a Gaza. En Marsella, manifestantes bloquearon la fábrica militar de Eurolinks, acusada de suministrar equipamiento a Israel.
La jornada culminará con nuevas concentraciones masivas previstas en París, Lyon y otras ciudades, donde se espera la participación de cientos de miles de personas. Las movilizaciones continúan la estela de las protestas de la semana pasada, lideradas por el colectivo “Bloqueemos Todo”, que reclama un cambio radical en las políticas del presidente Emmanuel Macron.