Más de 2,300 turistas han resultado afectados por las protestas y bloqueos en las vías de acceso al Santuario Histórico de Machu Picchu, en Perú, uno de los principales destinos turísticos del mundo. Las manifestaciones, que incluyen cortes en carreteras y la vía férrea, han paralizado el traslado de visitantes desde y hacia la provincia de Cusco.
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La ministra de Comercio Exterior y Turismo, Desilú León, informó que 1,400 turistas fueron evacuados a Cusco en un operativo conjunto con la Policía, varios ministerios y empresas ferroviarias. Sin embargo, otros 900 permanecen varados debido a daños en la infraestructura, que las autoridades atribuyen a “vándalos” que estarían aprovechando la situación para generar caos.
La crisis se originó tras el fin de una concesión exclusiva de 30 años a la empresa Consettur, lo que desató una disputa con la compañía San Antonio de Torontoy por el derecho a operar en la ruta turística. La ministra convocó a una reunión urgente con autoridades y gremios para buscar una solución mediante el diálogo, pero pidió el cese inmediato de la violencia.
León también denunció actos vandálicos contra bienes públicos y advirtió que la situación genera pérdidas económicas millonarias, superando los dos millones de soles diarios en la región y más de un millón solo en Machu Picchu, afectando a más de 900 empresas locales del sector turismo.
En medio del caos, la organización New7Wonders habría emitido una alerta sobre la gestión del sitio, lo que podría poner en riesgo su estatus como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo.