El Supremo Tribunal Federal de Brasil condenó este jueves al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión, tras hallarlo culpable de liderar un intento de golpe de Estado para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022.
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Según el fallo, Bolsonaro encabezó una organización criminal que planeaba asesinar al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a su vicepresidente Geraldo Alckmin y al juez Alexandre de Moraes, uno de los cinco magistrados que votaron en su contra. El plan nunca se ejecutó debido a la falta de apoyo de las fuerzas armadas.
El veredicto final fue de 4-1, con el juez Cristiano Zanin señalando que los hechos probados demostraban la existencia de una red organizada con fines golpistas. Bolsonaro fue condenado por cinco delitos graves. Actualmente se encuentra bajo arresto domiciliario mientras sus abogados preparan una apelación ante el pleno del Supremo.
La sentencia ha provocado reacciones internacionales. Desde Washington, el expresidente Donald Trump calificó la condena como una “caza de brujas” y defendió a su aliado como “excepcional”. El secretario de Estado, Marco Rubio, fue más contundente, acusando al juez Alexandre de Moraes de “persecución política” y advirtiendo que “Estados Unidos responderá en consecuencia”.
El juicio ha polarizado a la sociedad brasileña, con manifestaciones tanto de apoyo como de rechazo al exmandatario. Además, ha generado tensiones diplomáticas con Estados Unidos, especialmente tras declaraciones de Trump vinculando aranceles a productos brasileños con la situación legal de Bolsonaro.