Durante la inauguración del Centro de Cooperación Policial Internacional de la Amazonía en Manaos (Brasil), el presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso la legalización de la cocaína como una vía para desmantelar las mafias del narcotráfico y preservar la Amazonía.
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Petro argumentó que, si la cocaína se legalizara a nivel mundial, desaparecerían las organizaciones criminales que se lucran con su comercio, así como la destrucción ambiental asociada a este negocio ilícito. Criticó duramente la política antidrogas impulsada desde Estados Unidos, señalando que ha sido un fracaso y ha tenido consecuencias devastadoras en América Latina, especialmente en Colombia.
El mandatario comparó los efectos del fentanilo, que actualmente causa unas 100,000 muertes al año en EE.UU., con los de la cocaína y la marihuana en décadas anteriores, resaltando que la legalización del cannabis no ha generado una crisis sanitaria similar. También denunció la criminalización de generaciones enteras en América Latina por el consumo de drogas que hoy son legales en otras partes del mundo.
Petro vinculó el narcotráfico con redes criminales más oscuras, incluyendo el tráfico de niños, y afirmó que combatir estas estructuras requiere una acción conjunta entre los países amazónicos. En este sentido, propuso una integración real de los ejércitos y fuerzas policiales de la región para enfrentar el poder de las mafias que, según él, “no se combaten con discursos”.
El presidente colombiano reiteró que la lucha contra las economías ilegales es clave para proteger la Amazonía y sus comunidades, haciendo un llamado a la región a actuar con firmeza y sin temor frente a los modelos impuestos desde el exterior.