El fiscal estatal de Florida, James Uthmeier, solicitó este viernes la pena de muerte para Josué D. Méndez (26) y Pablo N. Cobón (23), dos inmigrantes guatemaltecos acusados de violar repetidamente y golpear con un cinturón a una niña de 7 años en West Palm Beach. Los cargos incluyen abuso sexual agravado a menor de 12 años.
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Según documentos judiciales, los detenidos —actualmente en prisión sin derecho a fianza— confesaron voluntariamente los abusos, que se extendieron durante semanas. La víctima relató los hechos a sus cuidadores el miércoles, desencadenando la investigación. El jefe de policía Tony Araujo confirmó que las pruebas “determinaron que los crímenes atroces sí ocurrieron”.

La petición de pena capital se enmarca en la política de tolerancia cero impulsada por el gobernador Ron DeSantis y legisladores republicanos, quienes ampliaron recientemente la aplicación de la pena de muerte para casos que involucren a inmigrantes indocumentados que cometan delitos graves. Florida ejecutó este jueves a su noveno condenado en 2025, un récord anual que representa un tercio de todas las ejecuciones en EE.UU.
Uthmeier calificó los hechos como “más que horribles” y exigió que los acusados “rindan cuentas hasta la mayor extensión de la ley”. El caso ha reavivado el debate sobre la pena capital y las leyes de inmigración en el estado, mientras organizaciones de derechos humanos monitorean el proceso judicial.