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En las colinas de Lin’an, en la provincia oriental de Zhejiang, un nuevo fenómeno social está tomando fuerza. Se trata de comunidades exclusivamente femeninas, diseñadas como un escape de las presiones sociales y del juicio masculino.
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Uno de estos lugares es “El Universo Imaginario de Keke”, fundado por Chen Yani, una mujer de 30 años que, motivada por sus propias experiencias de acoso en el ámbito profesional, decidió crear un santuario para otras mujeres.

Por una tarifa de aproximadamente 4 dólares por noche (30 yuanes), las visitantes pueden encontrar un espacio seguro para el descanso y el apoyo mutuo. El objetivo principal, según explican las participantes, es poder “hablar libremente de temas íntimos”, “hacer amigas” y, sobre todo, “sentirse seguras”. Aquí, lejos de las expectativas familiares y las dinámicas de un mundo predominantemente patriarcal, las mujeres comparten desde recetas de cocina hasta sus más profundas heridas emocionales y experiencias amorosas.
Este tipo de alojamientos rurales está proliferando en China, impulsado por una nueva generación de mujeres con mayor independencia económica y un nivel educativo más alto.