Las autoridades de Pakistán reanudaron este lunes las labores de rescate en la región noroeste del país, donde inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra han causado la muerte de al menos 350 personas, luego de que las fuertes lluvias obligaran a suspender las operaciones por varias horas.
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Las lluvias torrenciales que comenzaron el viernes afectaron gravemente varias zonas montañosas, provocando riadas, desprendimientos de lodo y rocas que arrasaron viviendas, infraestructuras y vehículos. El distrito de Buner es el más golpeado, con más de 200 fallecidos, donde en solo una hora cayeron más de 150 mm de agua.
Un representante del gobierno regional, Abid Wazir, confirmó que las condiciones climáticas dificultaron las labores de auxilio: “Nuestra prioridad ahora es despejar carreteras, tender puentes y llevar ayuda a los damnificados”.
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El ministro de Información, Attaullah Tarar, detalló que ya se enviaron suministros urgentes a las zonas afectadas, incluyendo alimentos, medicinas, mantas, tiendas de campaña y equipos de bombeo. Sin embargo, las autoridades alertaron que se esperan más lluvias torrenciales en todo el país hasta principios de septiembre, lo que agravaría la crisis.
Desde finales de junio, la temporada monzónica ha dejado 657 fallecidos en todo Pakistán, según la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres. El organismo advirtió que el sistema meteorológico permanece activo y podría generar precipitaciones “intensas a muy intensas” en las próximas 24 horas.